Todos los servicios que ofrecemos generan un alto impacto en la producción y en la rentabilidad del establecimiento de forma permanente. Esto fue mencionado en cada capítulo.
Un detalle muy importante: todas las medidas o soluciones técnicas que proponemos son similares a lo que propusimos e implementamos desde hace 25 años. Ya entonces se aplicaban con mucho éxito, se han seguido difundiendo y hoy se aplican cada vez más.
Lo que ocurre es que, todos los insumos y servicios que proveemos o instalamos cuestan lo mismo en dólares (en costos unitarios o por hectárea) desde entonces. Sin embargo, aumentó radicalmente todo lo demás, también en dólares. Tanto los insumos en general como todos los activos y todos los producto del agro. En ese período la tierra multiplicó de valor más de 10 veces y el valor de los granos o el ganado, la carne, la leche, 5 o 6 veces.
El que tenía un peso compraba más campo. Ahora, la tierra vale demasiado y el que tiene algo de campo tiene que hacerlo producir mucho. Porque, además, los productos del agro también valen mucho más. Por ello, se gasta muchísimo más que antes por hectárea en semilla, fertilizantes, ganado, genética, sanidad, fertilizantes, fitosanitarios, etc. Porque a su vez, proporcionan un mejor resultado económico.
Pero ¿Se puede poner en riesgo todo ese capital (tierra + esos activos) o que los resultados económicos de esa inversión fracasen por no haber previsto el correcto suministro del principal insumo esencial para la vida: animales y plantas como el AGUA?
Un insumo esencial que, por otra parte, es el único totalmente GRATIS.
Obviar ese aspecto resulta en un anacronismo sólo explicable por una cultura del siglo pasado (o aún anterior), cuando las técnicas de las que hoy se disponen no existían o no eran rentables.
Hoy, lo que no es rentable es no encarar el tema en profundidad. Puede no haber dinero para inversiones de largo plazo, pero, como se detalla a continuación, sí hay herramientas, soluciones e incentivos que lo facilitan en el marco actual.
¿Será razonable gastar en ración lo que no se dispone para el agua cuando la falta de ésta, su mala calidad o distribución, limitan en mayor medida el resultado económico y productivo?
No menos importante: para que la inversión tenga el máximo impacto económico se requiere de un exhaustivo análisis técnico y profundo de las decisiones a tomar en la materia.
Por la importancia que tienen este tipo de servicios para el país, además de para el productor, todos nuestros servicios resultan privilegiados por líneas de financiamiento con las mejores tasas y plazos por parte del BROU (Banco de la República del Uruguay). Basta tener el proyecto en mano y la línea del banco habilitada.
Mucha de la información técnica y económica que respalda el repago y rentabilidad de nuestros proyectos fue generada por nuestros técnicos y nuestros estudios de campo. Nosotros los podremos respaldar en cualquier caso frente al productor y a las entidades financieras en caso de ser necesarias.
Para el Estado Uruguayo y su gobierno, estos servicios han pasado a considerarse todos estratégicos por los que le han asignado Políticas de incentivos y Beneficios Fiscales con la máxima puntuación.
A esos efectos, todos los proyectos referidos a estos temas cuentan con un trato especial por parte de la política económica y fiscal del Estado.
Cuando se trata de empresas agropecuarias que tributan por IMEBA (Impuesto a la Enajenación de Bienes Agropecuario) se le permite descontar el IVA y descontar un 10% del valor de la factura realizada por el servicio.
Para cuando la empresa tributa por IRAE (Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas), el Estado propicia la presentación de la inversión a través de un proyecto con el que se gestionan los beneficios ante la COMAP (Comisión de Aplicación).
La COMAP analiza el proyecto y lo puntúa de acuerdo a varios criterios en función de lo cual se determina el porcentaje de subsidio que se le otorga a la inversión. El mismo se genera descontando ese porcentaje anualmente de lo que, de otra forma, la empresa debería aportar a la DGI por concepto de Impuesto a la Renta (IRAE). También se deducen el IVA y el impuesto al Patrimonio(de los bienes en los que se invierte a través del proyecto).
Todos los proyectos relacionados a nuestros servicios, son catalogados con muy buena puntuación, o sea, con los mayores beneficios particularmentedentro de los Indicadores de Tecnologías Limpias y lo que representan en relación a la Mitigación del Cambio Climático.
Estos subsidios se asignan específicamente por la inversión en agua pero, además, si se le agrega al proyecto de agua otros rubros, se extiende a otras posibles inversiones no tan bien puntuadas pero que se incorporen al mismo.
En muchos casos, proyectos sobre los temas del manejo del agua que hacemos nosotros, y a los que se anexan otros rubros, al trasladarse el beneficio otorgado por el agua al resto de las inversiones agregadas, termina amortizándose el proyecto específico del agua enteramente sólo con el descuento en los pagos de impuestos a la DGI.
Podríamos asesorar en ese aspecto al cliente que lo requiera.
En resumen, debemos considerar todos los beneficios que terminan alineándose en el mismo sentido:
Cuando se contraponen todas las necesidades con todas esas ventajas, se genera una posibilidad excepcional de hacer muy rentablemente mejoras estructurales que representen un “antes vs un después” en el funcionamiento de un establecimiento agropecuario.